Enero 2010- Ciudad de México

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jueves, noviembre 19, 2009

Ser o... ¿ser a medias?

Entre la multitud que viaja a diario en el metrobús hay una diversidad enorme, desde el estudiante fresón de la UIC, hasta el peregrino que va a la Basílica, desde la chica chondechi "totalmente palacio", hasta el metalero "totalmente chopero"; de todo hay en la viña de señor... Marcelo, pero en esta ocasión el tema del que sus ojos serán afortunados en leer no habla sobre el transporte público o el "tío Marcelo", hoy hablaré de los "machos" con familia que tienen una relación secreta, oculta de los ojos de la sociedad.

Entre la diversidad sexual que tenemos en la Ciudad de México, existen los bugas1 curiosos, que no son sino todos aquellos heterosexuales que, por alguna u otra razón han decidido comprobar la teoría de que a cada hombre le corresponden siete mujeres y un homosexual. Le pregunté a dos personas, ambos heterosexuales, sobre cuál sería su reacción si uno de sus amigos, abiertamente homosexual, un día les robase un beso, y sus reacciones fueron de rechazo hacia aquel individuo, y esto es muy común, pues se enfrentan a situaciones desconocidas para ellos y el miedo de hacer algo incorrecto, impuesto por las creencias religiosas, han hecho que la homofobia sea algo lamentablemente común. Sin embargo, algunos expertos en estos casos dicen que ese miedo es producto de la pregunta: ¿y si me gusta?, y al no saber cómo actuar en esos casos, lo transforman en rechazo; y de alguna u otra forma tienen razón, pues un heterosexual, consciente de su sexualidad puede llevarse bien con los homosexuales, y por el contrario, los que temen una atracción o que surja alguna curiosidad a intentar algo, evitan en lo posible tener algún acercamiento con ellos, incluso los que aceptan entablar una amistad con ellos, no los aceptan del todo y evitan cualquier contacto físico.

Hablando de estas curiosidades, otra pregunta que les hice fue: ¿qué harías si a pesar de manifestar ese rechazo, sintieras que pudieses intentar algo con él?, y nuevamente una de las respuestas fue un rotundo "¡no jamás!", y se sabe cuando ese no es una negación verdadera y no un quizá, como fue la otra respuesta. Y tal vez piensen que esto se deba a la apertura de la sociedad a esta gama de bisexualidades, pero no es así, pues después de su respuesta lo cuestioné sobre la exposición de su nueva pareja ante la sociedad, y me contestó que la mantendría oculta, pues no cree que su círculo de amigos pueda aceptar esta nueva identidad suya ya que para un grupo netamente bugas es inadmisible que uno de ellos se declare sino homosexual, por lo menos bisexual. Con esto regresamos a los temores que he mencionado arriba. Al preguntar hasta dónde estarían dispuestos a llegar por curiosidad, el que dio ese no que sonó a quizá, dijo que haría lo que fuera, siempre y cuando se sintiera cómodo, y la otra persona respondió, obviamente, que solamente el beso que le robó y hasta ahí, no más.

Otro caso frecuente, y que también abordé en la platica con estos dos hombres, es el de la infidelidad; uno de ellos, al preguntar sobre qué harían si tuvieran una pareja estable, me respondió que seguiría con su chica por aceptación social, y con el chico por placer; y pienso sobre cuántos hombres hay en esta situación, que mantienen una relación con una mujer, se casan y tienen hijos, y después ella descubre que le es infiel, y que "la otra" se llama Antonio.

Tal vez, el problema de estos gays de closet, heteroflexibles o bugas curiosos no sea su autoaceptación, sino la concepción de estos temas por parte de la sociedad, y me da risa el leer que en Jalisco, un estado donde la religión es lo más importante para muchos de sus habitantes, hay una gran concentración de homosexuales en el país, y que tanto la capital como sus costas, son los destinos preferidos por la comunidad gay.

Entonces, hagamos algo para cambiar, a partir de hoy no discrimines y ayudarás a que alguien que es o es a medias pueda salir a pasear un día por las calles de la Ciudad sin miedo alguno, porque la discriminación es causa de inseguridad para unos y motivo de crímenes de odio para otros.

Francisco Ramírez aplaude el éxito
de la serie de canal once XY, y agradece
los comentarios hechos, tanto en el blog,
como en persona.

1 Buga. Nombre dado por la comunidad LGBTTI a los heterosexuales.

Bienvenida la reproducción citando el blog y, obvio, el autor... que por cierto sigue buscando trabajo.

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